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Thursday, February 1, 2007

Libre para Predicar - Capitulo Cinco - Luna de Miel con el Bhakti-Vriksha


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Mientras continuaba nuestro romance con el Bhakti-Vriksha hubo un incremento repentino del entusiasmo y la felicidad en todos los devotos. Teníamos mucho que planificar y trabajar muy duro, pero en realidad no lo veíamos como algo arduo, nos resultaba natural porque estábamos enamorados. Esto era particularmente claro cuando se manifestaba tanta reciprocidad en forma de resultados.

El éxito de las damas en dirigir Bhakti-Vrikshas de Alcance abrió nuevos caminos para la expansión.

Algunos líderes habían visto la necesidad de un programa para principiantes, dado que la gente nueva vacilaba en el momento de profundizar en la filosofía inmediatamente. A aquellas personas les hacía falta unas pocas sesiones introductorias; necesitaban ser cultivados y preparados con pequeñas dosis de Conciencia de Krishna, antes de poder abordar el formato completo del Bhakti-Vriksha. Los Bhakti-Vrikshas de Alcance satisfacían esta necesidad.

Estos programas también nos dieron la oportunidad de ocupar a devotos más jóvenes en la prédica y debido a que predicar es una manera tan poderosa de avanzar rápidamente, ellos estarían listos para empezar un grupo Bhakti-Vriksha regular una vez que sus miembros estuvieran listos para ello. Había un gran entusiasmo entre los predicadores cuando este enfoque fue introducido, ya que generó mucho potencial para la expansión.

Nos pusimos como meta comenzar al menos un Bhakti-Vriksha de Alcance por cada uno de los grupos Bhakti-Vriksha establecidos. Eso significaba que podíamos duplicarnos sin tener que esperar el sistema clásico de expandir un grupo a través de su multiplicación en dos.

El tiempo máximo que dábamos a los predicadores para convertir los grupos de Alcance en grupos Bhakti-Vriksha regulares era dos meses. Pero en realidad muchos de ellos tomaron cuatro o incluso hasta seis meses en hacerlo posible.

El desafío que enfrentábamos con este estilo de incrementar el número de los grupos, era que debíamos transferir artificialmente algunos devotos mayores al nuevo grupo para que pudiera funcionar. Un Bhakti-Vriksha es ideal cuando es heterogéneo y tiene miembros en diferentes niveles que puedan inspirarse y animarse entre ellos. De lo contrario la brecha entre el líder del grupo y los nuevos miembros toma demasiado tiempo en superarse.

Los bengalíes tuvieron mucho éxito introduciendo este sistema. Un resultado de esto fue que ellos fueron a predicar y comenzar grupos regulares de Bhakti-Vriksha a las regiones más recónditas del interior del país

Después de seis días de trabajo intenso, reuniones nocturnas de los Bhakti Vriksa, así como también otros programas durante la semana como el estudio del Bhagavad-Gita, ellos asistirían al programa matutino completo del día viernes y además de eso, viajarían durante varias horas en automóvil o en taxi a lugares del interior para predicar o dirigir Bhakti-Vrikshas. Frecuentemente, incluso regresarían a la ciudad a tiempo para el programa de la noche.

Debo relatar cómo la prédica en bengalí, seguida luego por la prédica en hindi y malayalam, empezaron en las regiones del interior.

Una vez, le estábamos contando a Jayapataka Maharaja acerca del viaje en automóvil de vuelta a casa desde un país vecino, de cuán verde eran los campos, etcétera. Siempre interesado en la prédica, Maharaja nos preguntó si había devotos allí. En aquel momento parecía un sueño lejano el poder penetrar en las zonas del interior, pero pronto las oportunidades se dieron y los devotos entusiastamente las aprovecharon. Grupos de personas ya estaban reuniéndose en esas áreas para sus propias funciones culturales y religiosas. Nuestros devotos entrarían en dichos grupos y predicarían a los asistentes para que aceptaran la Conciencia de Krishna. Los devotos escogerían a una persona seria del grupo y harían que coordinara las actividades del grupo.

Los devotos bangladeshis eran en su mayoría reclutados de la clase obrera: sastres, carpinteros, pequeños comerciantes, empleados de servicio doméstico, vendedores de periódicos y mecánicos. Había algunos cuantos joyeros y otros hombres de negocios, y uno o dos oficinistas instruidos.

Madhava Krishna Das, un joyero con negocio propio, era un devoto emprendedor y dinámico. Él tenía capacidades oratorias y podía citar las escrituras bien. Él estaba dedicado por completo a la Conciencia de Krishna y a predicar. Aunque su familia vivía con él, su casa siempre estaba abierta a todo el mundo. Todos los programas en bengalí eran dirigidos en su casa. Los devotos eran bienvenidos a quedarse en su casa siempre que quisieran. Él nunca rechazó ningún servicio que se le pidió hacer.

Bhakta Avatari Dasa trabajaba en una oficina. Él sabía inglés y disfrutaba hacer todas las traducciones y los demás papeleos para los bengalíes.

Rupesvara Krishna Dasa era un repartidor de periódicos, y era muy entusiasta y dinámico. Él estaba dirigiendo una rama entera de la congregación en el interior y estaba predicando efectivamente a todas las áreas vecinas.

Amar Nitai Dasa era también un joyero y, aparte de ser un predicador entusiasta, era un cocinero excelente. Él cocinaba para todos nuestros programas grandes.

Vraja Gopinatha Dasa era nuestro cantante oficial. Él era mecánico automotriz y sabía conducir. Él podía ir con un auto prestado por otro devoto a lugares situados a mil kilómetros de distancia.

Nirmal Krishna Dasa era propietario de una carpintería y ayudaba siempre que un trabajo de carpintería fuera requerido. Él también era un patrocinador generoso. Él y otro devoto carpintero, Ramsingh, construyeron la carroza para nuestro Ratha Yatra. Él también predicaba con entusiasmo, dirigía Bhakti-Vrikshas, y convirtió su casa en un ashrama para los devotos.

El entusiasmo de estos devotos por la práctica y la prédica de la Conciencia de Krishna era admirable; no escatimarían ni un céntimo en gastos de transporte. Estaban dedicados tanto a asistir a todos los programas como a predicar, sin importarles la distancia. Se las arreglaron para alquilar grandes locales en diferentes partes de la ciudad y del país. Sus programas siempre terminarían en sabrosos banquetes de prasadam, preparados meticulosamente con mucha devoción. Este era un placer que todos los asistentes esperaban con impaciencia. Cada vez que nos encontrábamos con estos predicadores bengalíes, nos daban entusiastas reportes de sus éxitos de predica.

Aún así teníamos que supervisarlos de cerca y darles mucho apoyo psicológico, ya que su debilidad consistía en caer en insignificantes malos entendidos y tener disputas entre ellos. Predicar en el estilo del Bhakti-Vriksha ya estaba mejorando su implementación práctica de la Conciencia de Krishna, y también estaban abiertos a nuestro apoyo psicológico y eran capaces de seguir nuestros consejos en cuanto a sus relaciones interpersonales.

Nuestro primer devoto bengalí, Bhakta Pradeep, luego Prana Govinda Dasa, regresó a su pueblo natal de Chittagong en Bangladesh, y comenzó algunos grupos Bhakti-Vriksha por su propia cuenta. Él entrenó a muchos devotos que se convirtieron en predicadores de primera clase y que luego se también iniciaron. Alguno de ellos se hicieron predicadores de ISKCON a tiempo completo. Algunos chicos jóvenes dejaron a sus familias atrás en los pueblos del interior y aceptaron quedarse en la ciudad y dirigir grupos en varios lugares. Aunque eran pobres, sus corazones estaban dedicados a la propagación de la Conciencia de Krishna. Hasta el día de hoy continúan con su servicio y en la actualidad existen más de 40 grupos en Chittagong, con muchos más Programas de Alcance. Bhakta Pradeep, quién tenía poca educación académica, debido a su convicción y entusiasmo podía predicar con la misma efectividad a profesores universitarios, estudiantes, hombres de negocios o simples campesinos. Desde Chittagong, el enfoque Bhakti-Vriksha se transplantó al distrito de Comilla, situado a unas cinco horas de viaje en tren.

Durante sus vacaciones, mi esposo Vijaya Venugopala Prabhu y yo visitamos Bangladesh, en una gira de prédica vertiginosa visitando a nuestros devotos y tomando parte en los programas que ellos habían organizado para nosotros. Era asombroso ver que en el corto periodo de dos años de predica de Bhakti Vriksa, se habían reclutado cientos de devotos. Actualmente tienen casi dos mil devotos.

De regreso a nuestro país en el Medio Oriente, los devotos malayalis también comenzaron la prédica en los pueblos y aldeas del interior. Sukirti Krishna Dasa y Hari Madhava Dasa, a pesar de sus empleos y de los apretados horarios de prédica, aceptarían visitar regularmente esos lugares distantes junto con sus respectivas esposas; Malini Kanti y Bindu Malini.

Llegar allá implicaba conducir de dos a cuatro horas. Los autos estaban equipados con aire acondicionado y el asfalto estaba en buenas condiciones, asegurando un viaje cómodo. No obstante, y a pesar de lo verde y frondoso del paisaje, esos viajes eran siempre tediosos, especialmente luego de un programa matutino del fin de semana de cinco horas completas. Pero al llegar a su destino, ser recibidos por un gran número de devotos sonrientes y cariñosos, ansiosos de recibir instrucciones y asociación, hacia que el esfuerzo valiera la pena. Y el gran banquete que les habían preparado, disiparía cualquier cansancio del viaje.

Por lo tanto, a pesar de ser grihasthas con niños pequeños que cuidar, con tal de saborear el néctar de la prédica, Sukirti Krishna Dasa y Hari Madhava Dasa y sus esposas emprendieron la austeridad de viajar el interior del país.

Caitanya Avatari Dasa, quien supervisaba los sectores bengalíes y malayalam, era en efecto un hombre muy ocupado. De manera desinteresada y sin tregua se dedicó a supervisar y guiar él mismo a sus grupos. El mantenía registros sistemáticos y produciría gráficos muy atractivos y descriptivos, mostrando de un vistazo las estadísticas de todo el Yatra..

Nuestro Guru Maharaja quería que reconociéramos a través de certificados, el esfuerzo y el progreso gradual de los nuevos devotos en relación a cantidad de rondas cantadas y otras prácticas espirituales. El desarrolló el Programa de Siksa con este propósito, y le pidió a Vijaya Venugopala Prabhu que lo introdujera en el Yatra. El templo de Bangalore nos envió los diferentes formularios y materiales.

Vijaya Venugopala Prabhu ciertamente expresó sus reservas acerca de la necesidad de reconocimiento público del progreso espiritual, el cual él sentía que era totalmente personal e inmotivado. También dudaba de cuan bien responderían los nuevos miembros al respecto.

Nuestro Guru Maharaja dio el ejemplo de cómo en el mundo material a la gente le gusta ser honrada con medallas, premios y cosas por el estilo. Esta tendencia podría ser usada para alimentar el interés de la gente en el avance espiritual. Confiábamos en la experiencia de Maharaja, y programamos la ceremonia inaugural Siksa para que coincidiera con su próxima visita.

El Programa de Siksa –oficialmente parte de las leyes de ISKCON desde 1993- tiene cinco niveles graduales culminando en iniciación. En todo el mundo, muchos Yatras reconocen los niveles alcanzados por sus devotos congregacionales, y en días especiales, los premian con certificados. Tenemos evidencia de su amplia implementación en los resultados reportados en el Boletín de la Prédica Congregacional una publicación trimestral del Ministerio para el Desarrollo Congregacional del cual yo soy la editora.

Imprimimos los certificados e hicimos que los candidatos llenaran los formularios indicando su compromiso en seguir las normas de uno de los cinco niveles. En distintos lugares, tomando en consideración distintos factores y condicionamientos culturales, puede que haya ligeras diferencias en los requerimientos para los primeros dos o tres niveles. En nuestro Yatra conferimos el primer nivel, sraddhavan; “persona de fe”, a aquellos comprometidos a asistir regularmente las reuniones semanales, que aceptan a Krishna como la Suprema Personalidad de Dios, y que cantan al menos una ronda del Maha-Mantra Hare Krishna diariamente.

Conferimos el segundo nivel, Krishna-sevaka, “sirviente de Krishna”, a aquellos que cantan al menos cuatro rondas, dejan de comer carne, comienzan a leer los libros de Srila Prabhupada, y ofrecen alguna forma de servicio, al menos en las reuniones de la semana.

Krishna-sadhaka; “aquél que sigue el sadhana conciente de Krishna”, es para aquellos que cantan un mínimo de ocho rondas. Ellos ofrecen toda su comida y abandonan cualquier tipo de intoxicantes, juegos de azar y el sexo ilícito. También acceden a ofrecer un arotik a Tulasi Devi diariamente y respetar Ekadasi. Deben asistir a la clase semanal del Bhagavatam o al menos el grupo de estudio del Bhagavad-Gita dirigida por un devoto mayor.

El siguiente nivel, Srila Prabhupada Asraya, “aquel que ha tomado refugio a los pies de Srila Prabhupada”, se le concede a aquellos que se rinden lealmente a las enseñanzas y normas de Srila Prabhupada. Ellos cantan dieciséis rondas y siguen estrictamente los cuatro principios regulativos, evitan comer cebolla y ajos, té y café, y deportes frívolos (a deportistas profesionales se les permite practicar). También observan el mangala-arotik todos los días.

De acuerdo con la Ley de ISKCON, después de al menos seis meses de práctica en el nivel de Srila Prabhupada Asraya, los devotos pueden tomar refugio formal, como discípulos aspirantes, bajo el maestro espiritual iniciador de ISKCON de su elección. En el Programa de Siksa este nivel se llama Sri Guru Carana Asraya, “aquel que ha tomado refugio a los pies del Guru”.

Después de al menos seis meses de haber tomado refugio formal, después de recibir la recomendación de la autoridad local, y después de cumplir con los requisitos específicos de cada Guru (tal como los exámenes escritos), los devotos están listos para tomar primera iniciación.

En nuestro Yatra los líderes de grupo respectivos entrevistan a cada candidato y firman los formularios de solicitud. Entonces, todo es revisado otra vez por los Upachakra-patis –los supervisores de sector- para asegurar que todos los criterios son cumplidos. Finalmente Vijaya Venugopala Prabhu, como líder del Yatra, firma los certificados, garantizando la calificación del candidato para recibir tal reconocimiento público. Los cuatro primeros niveles no representan compromiso alguno con un Guru de ISKCON en particular, y por esto Jayapataka Maharaja no entrega estos certificados

También tenemos algunos certificados especiales-basados en el número de rondas que ellos cantan-para los niños que asisten a los Clubes (de) Krishna semanales.

El Programa de Siksa resultó ser muy efectivo. Ayudó a la gente a hacer progresos continuos y estables en la Conciencia de Krishna. Anteriormente, algunos pensaban que el proceso de conciencia de Krishna se trataba de ‘todo o nada’. El temor a rendirse por completo les impedía adentrarse de lleno en el proceso, pero los niveles Siksa les permitirían acercarse a Krishna de una manera gradual, por etapas. Los certificados reconocían cualquier compromiso para el cual estuvieran listos, y como resultado ellos ganaron la sensación de logro a cada paso. Ya no tenían la necesidad de esperar a ser iniciados para sentirse aceptados como devotos.

Estábamos impresionados de la asistencia. Casi todos estaban deseosos deseos de recibir los certificados. Esto aumentó el sentimiento de unidad entre todos los niveles de la congregación. Ahora podíamos organizar más fácilmente festivales y programas culturales ya que nuestra lista de contactos había aumentado repentinamente. Contábamos con tal magnitud de talento en todos los niveles, que simplemente lo teníamos que organizar y dirigir.

Para los festivales los ingenieros planificarían estructuras para el montaje, los carpinteros ocuparían a sus empleados devotos en terminar todo el trabajo en un tiempo récord –todo gratis-, los cocineros increíblemente prepararían kitchri prasadam para más de seis mil visitantes.

Comencé a entender la eficacia del “otorgamiento de poder”. Antes, sólo había un pequeño grupo que lo hacíamos todo, lo que nos quitaba bastante tiempo de nuestro sadhana y otros servicios devocionales. Pero ahora nuestra productividad parecía multiplicarse con menos y menos esfuerzo de nuestra parte.

Es una alegría entrenar a la gente, ayudarla a crecer, y verla desarrollarse. Y también nosotros mismos crecemos mucho en el proceso. Bhakti-Vriksha nos forzó a aplicar los principios de la Conciencia de Krishna, de lo contrario no hubiera habido crecimiento, y tal estancamiento hubieran traído toda clase de problemas mentales y de conducta.

Normalmente vemos tensión en diferentes relaciones: entre mayores y jóvenes, entre compañeros, entre las autoridades y los demás devotos. Básicamente, esto sucede por la falta de suficiente ocupación.

En una organización centralizada el número de servicios disponibles es limitado. Así que naturalmente uno se siente amenazado cuando otros quieren realizar el mismo servicio. Especialmente aquellos devotos que desean ser líderes se darán cuenta de que si no buscan posición, nunca serán capaces de expresar su calidad de líderes. La centralización naturalmente genera envidias y políticas.

En tal situación, la administración quiere controlar a los devotos y se siente amenazada si hay críticas, rebeldía o ambición entre los devotos menores.

Aunque esta administración autoritaria puede que imponga la obediencia de los devotos a través del miedo, también tiende a refrenar la iniciativa. Los vuelve letárgicos y espiritualmente desanimados y desentusiasma la creatividad para hacer más y más servicio devocional.

El enfoque Bhakti-Vriksha puede resolver efectivamente estos problemas.

Para efectos prácticos, el Bhakti-Vriksha puede ser comparado a un árbol, donde las raíces están abajo y las ramas arriba. Esto significa que el líder debe ser verdaderamente el sirviente de todos. Él tiene que trabajar desinteresadamente por la elevación de todos los devotos. Esta es la cualidad de un líder.

Srila Bhaktivinoda Thakur menciona en el Godruma Kalpatavi que la calificación para tomar cualquier puesto en el Nama-Hatta, el mercado del Santo Nombre, es tener devoción pura, independientemente del varna o ashrama a los cuales uno pertenezca. Devoción pura comprende erradicar todo deseo material, estar libre de karma y jñana, y prestar servicio favorable a Krishna. De acuerdo a la devoción en nuestro corazón, uno tiene la calificación.

Por lo tanto, a menos que estemos listos para purificar nuestra conciencia constantemente, no seremos capaces de mantener la prédica Bhakti-Vriksha por un largo período de tiempo.

El Bhakti-Vriksha – o “el árbol de la devoción”- es verdaderamente trascendental porque personifica el humor de Sri Caitanya Mahaprabhu revelado en el Sri Caitanya-caritamrita:

“Mi nombre es Visvambara, “aquel que mantiene al universo entero”. Su significado se hará realidad si puedo llenar a todo el universo con amor por Dios.” (Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.7)

“Por Sus poderes inconcebibles, el Señor se volvió el jardinero, el tronco y las ramas simultáneamente…Muchas ramas crecieron del tronco, y por encima de ellas innumerables otras. Así, las ramas del árbol Caitanya formaron un grupo o sociedad, con grandes ramas cubriendo el universo.” (Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.12, 17-18)

El Señor Caitanya dice:

“Yo tan sólo soy un jardinero. Yo no tengo reino ni grandes riquezas. Yo simplemente tengo algunas flores y frutas que quisiera utilizar para alcanzar algo de piedad en mi vida. Aunque actúo como jardinero, yo también quiero ser el árbol, porque así puedo beneficiar a todos.”

Entonces el Señor Caitanya cita un verso que Krishna dijo en Vrindavana (Srimad-Bhagavatam 10.23.33):

“¡Sólo mira cómo estos árboles mantienen a toda entidad viviente! Su nacimiento es un éxito. Su conducta es exactamente como la de las grandes personalidades, porque cualquiera que quiera algo de un árbol nunca se marchará decepcionado.”(Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.44-46)

Srila Krishnadasa Kaviraja Goswami explica:

“Debido a que el árbol del servicio devocional es trascendental, cada una de sus partes puede cumplir la función de todas las otras. Aunque se supone que el árbol es inmóvil, este árbol sin embargo se mueve. Todas las partes de este árbol son concientes, y así a medida que crecen ellas se extienden por el mundo entero.” (Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.32-33)

Luego el Señor Caitanya habla:

“Yo soy el único jardinero. ¿A cuántos lugares puedo yo ir? ¿Cuántas frutas puedo colectar y distribuir? Ciertamente sería una tarea muy laboriosa recoger las frutas y distribuirlas yo sólo, y todavía sospecho que algunos recibirán y otros no. Por lo tanto ordeno a todo hombre en este universo que acepte este Movimiento para la Conciencia de Krishna y lo distribuya por todas partes.” (Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.34-36)

“Los descendientes del árbol (los devotos de Sri Caitanya Mahaprabhu) estaban muy contentos de recibir esta orden directamente del Señor. El fruto del amor divino es tan delicioso que donde quiera que el devoto lo distribuye, en alguna parte del mundo, inmediatamente se intoxica.” (Sri Caitanya-caritamrita, Adi-lila 9.47-48)

Así, el verdadero propósito del Bhakti-Vriksha es convertir a los devotos en predicadores que acepten la tarea de generar más devotos predicadores, y de esta manera crear una red de predicadores y hacer que la predicción de Sri Caitanya Mahaprabhu se vuelva una realidad.

Cuando la misión es lo principal en las mentes de los devotos es fácil predicarles y ayudarles a deshacerse de sus anarthas. En esta era de Kali es muy difícil mantener un servicio sincero, entusiasta y trascendentalmente amoroso sin el fuego de la prédica.

Nuestro gozo crecía cuando le permitíamos a otra gente hacer los servicios que una vez nosotros mismos hacíamos. Esto requiere de mucha purificación y desapego de las exigencias de nuestra propia mente y cuerpo. Es mucho más fácil hacer todo el trabajo uno mismo en lugar de inspirar y entrenar a otros a hacerlo, especialmente cuando ellos cometen errores al principio. Esto requiere de más esfuerzo para guiar y transferir el poder a los demás.

Además de esto, la recompensa por nuestra labor no es nada material. Predicar la Conciencia de Krishna puede convertirse en una tarea ingrata, a veces la gente no se da cuenta de la cantidad de amor y sacrificio invertido en ayudarles. A veces tienden a darlo todo por sentado, sin apreciar el valor de lo que están recibiendo. Sin embargo, cuando ellos lo aplican y transmiten a otros el humor de cuidar y educar a otras almas, uno se siente satisfecho que ningún esfuerzo ha sido en vano.

Uno tiene que adoptar la actitud, de un padre para con su hijo y tolerar lo que sea, pacientemente dando guía y entrenamiento.

Los resultados de tales esfuerzos siempre son muy dulces, porque el Señor Caitanya mismo es el jardinero.

Tantas veces hemos sido testigos de cómo, por rendirse al Señor, todos los llamados “problemas insuperables” dejan de existir. Bien sean problemas de conducta o dificultades laborales, de dinero, o acerca de facilidades para predicar.

Aunque puede que parezca que uno no pueda supervisar o controlar a un gran Yatra en expansión en base a tales principios idealistas, por la misericordia del Señor Caitanya es posible –, si uno reconoce que el Señor es el verdadero jardinero y quien saborea los frutos.

Debemos ser ecuánimes en el elogio y en la crítica, entendiendo que todo es temporal y completamente bajo el control del Señor. Debemos ser capaces de ser corregidos sin importar de donde venga la corrección, ya que el Señor habla por muchas bocas.

El Señor Krishna dice en el Bhagavad-Gita, Capítulo Seis, Texto 30: “Para aquel que me ve en todas partes y que ve todo en Mí, Yo nunca estoy perdido, ni él está nunca perdido para Mí”. Esta es la etapa de la perfección de la Conciencia de Krishna pero si hacemos de esta nuestra meta e ideal (,) incluso en nuestra etapa neófita, podremos percibir cuán misericordiosamente el Señor nos guía y fortalece para superar los obstáculos y pruebas que perturban la mente.

Si nos mantenemos intentando desarrollar esta actitud podremos evadir el deseo de ser respetados y obedecidos, o evitar esperar recompensas por nuestros esfuerzos. Todo eso vendrá por su propia cuenta.

De esta manera todas las ramas y ramitas de este glorioso árbol lograrán extenderse a lugares más y más distantes, por todo el globo.

En nuestro Yatra la expansión creó la necesidad de gestionar y supervisar en el verdadero estilo conciente de Krishna: amor y confianza.

El Bhakti-Vriksha también desarrolló verdadera igualdad entre los devotos, sin consideraciones de clase, casta, o lugar de nacimiento. Un gerente general se sentiría cómodo conversando con un mecánico automotor o un obrero de construcción. Esto es realmente verdadero, porque el único reconocimiento que uno obtiene en la misión de prédica es base a nuestra devoción y sacrificio.

También hemos observado un respeto saludable por el sexo opuesto. La mayoría de los devotos en nuestro Yatra son jóvenes, ya que sólo trabajadores activos y sus familias pueden permanecer en este país. Entre ellos varios no están casados, y otros están solos, habiendo dejado a sus familias en la India. No obstante su comportamiento con las damas muestra reverencia y respeto filial: ellos llaman a toda mujer por el título de “Mataji” (Madre) y aparentemente así lo sienten.

Los hombres animan y ayudan a las Matajis transportándolas a diferentes lugares para predicar y (llevar a cabo, a, hacia) otras actividades devocionales, haciendo fotocopias para sus grupos, etcétera.

El Bhakti-Vriksha hace atrae corazones. Hace que la gente experimente verdadero amor.

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